jueves, mayo 26, 2011

“La burocracia: 72 minutos… en 19 tuits”

Israel Roldán

Una crónica así puede parecer ociosa, desgastada y hasta tecleada por el enfado producto de la pérdida de 72 minutos en una sala de espera.

Podría hasta entenderse como un abuso de reportero que tiene oportunidad de interpelar una ‘vacilada burocrática’ en las páginas de su periódico.

… O tal vez pueda ser entendida como la posibilidad de recordar la tragicomedia que resulta la alta burocracia.

Para no caer en excesos, ni en una ni en otra de esas ideas, mejor remitirse a la Real Academia de la Lengua que sugiere sobre el término lo siguiente: 1) Organización regulada por normas que establecen un orden racional para distribuir y gestionar los asuntos que le son propios; 2) Conjunto de los servidores públicos; 3) Influencia excesiva de los funcionarios en los asuntos públicos; y 4) Administración ineficiente a causa del papeleo, la rigidez y las formalidades superfluas.

En su sentido peyorativo, algunos proponen que se trata de un aparato complicado con lentitud excesiva en la realización de distintas gestiones, particularmente en las que dependen de la administración de un Estado.

Con esa amplitud y diversidad del término, la manera en que se conducen las instituciones del estado debe juzgarse de manera individual, aunque con seguridad muchos coincidirán con la referencia de que en las oficinas gubernamentales con tanta burocracia, lo atienden cuando ya no se necesita.

Esta mañana hice un ejercicio en el microblogging de Twitter que intitule “Crónica: 72 minutos… en 19 tuits”. Acá se los comparto. Es una reflexión sobre la burocracia veracruzana [ya usted juzgará en cuál de las oposiciones las ubica].