Este sábado comienza la verdadera carrera por la gubernatura de Veracruz. El neopanista intenta anticipadamente conducir el resultado hacia los tribunales electorales.
Por Israel Roldán
Las campañas electorales en Veracruz inician este sábado entre mensajes ambivalentes de los candidatos al gobierno estatal. Atrás quedó el tiempo para guardar silencio y ahora la constante es la descalificación en un proceso que intentará ser conducido hacia los tribunales.
Apenas el domingo 9 de mayo, el aspirante de la Coalición “Para Cambiar Veracruz” (PRD-PT-Convergencia), Dante Delgado Rannauro; y de las alianzas “Viva Veracruz” (PAN-PANAL), Miguel Ángel Yunes Linares; y “Veracruz para Adelante” (PRI-PVEM-PRV), Javier Duarte de Ochoa, registraron sus candidaturas.
La dualidad en el seno del Consejo General del Instituto Electoral Veracruzano se extrapoló con las interpelaciones de uno y otro abanderado.
Mientras Duarte de Ochoa reconocía los principios de “imparcialidad, profesionalismo, equidad, apego a derecho y real vocación democrática” en ese órgano, Yunes Linares deslegitimaba con su discurso al árbitro de la contienda y acusaba la “intolerancia de algunos de sus integrantes”, a esos que “no deben estar en este consejo”. Dante Delgado convocaba a la ciudadanía a no permitir “que la perversión política, las campañas negras y de desinformación” minen la contienda.
El reclamo yunista motivó que dos de cinco consejeros abandonaran el recinto en el que se llevó a cabo la sesión. Y, entonces, el neopanista los enjuició: “Lamento mucho las expresiones de intolerancia en algunos integrantes de este consejo, no hacen más que confirmar lo que hemos dicho. En este consejo hay quienes no son partidarios de la democracia (…)”.
Miguel Ángel Yunes ha sido diputado local y dos veces federal (cargos públicos que logró por la vía plurinominal) por el PRI, en donde militó 35 años. Dirigió ese partido en 1992 y 1997. Renunció cuando en 2004 le fue negada la candidatura a la gubernatura de Veracruz. Se enfrentó entonces con Fidel Herrera Beltrán, hoy gobernador, su añejo adversario político.
En la administración pública federal su más reciente cargo fue como director general del ISSSTE, en donde solicitó licencia para buscar la gubernatura.
En ese estado se desempeñó como secretario de Gobierno en el sexenio del ex gobernador Patricio Chirinos Calero (1992-1998).
Cercano a la maestra Elba Esther Gordillo, Yunes Linares provocó desbanda al interior del PAN veracruzano con su designación (el 18 de febrero pasado) como candidato a la gubernatura. El tres de marzo Gerardo Buganza Salmerón renunció al partido que lo perfilaba hacia su segundo intento por ser gobernador (http://twitpic.com/1nlqk8).Para entonces el ex presidente nacional panista, Manuel Espino Barrientos, denunciaba la intervención del matrimonio Calderón Zavala en la selección del abanderado.
Las campañas electorales comienzan con Yunes Linares doblado en las preferencias electorales, según la más reciente encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica difundida en abril, en la que el priista Javier Duarte de Ochoa cuenta con un 44.8 por ciento de intención del voto, seguido del panista con 21.1% y el 6.2% de Dante Delgado Rannauro.
Inician también con distintos frentes abiertos que han debilitado la candidatura del neopanista.
Agrupaciones como Antorcha Campesina se movilizan en las ciudades de esa entidad para denunciar los actos represivos del Chirinato (en el que figuró como segundo de abordo), gobierno que encarceló a su dirigente César del Ángel Fuentes y al mismo ex gobernador interino, Dante Delgado Rannauro (1988-1992), uno de sus oponentes en esta contienda electoral.
En el seno del Consejo General del IEV cuestionó que en los últimos cinco años la autonomía e imparcialidad de los organismos estatales se ha diluido. Y para agregarle carga emocional a sus interpelaciones, advierte que el Instituto Electoral Veracruzano ha llegado al extremo de que “para todos los efectos es nuevamente una dependencia del Ejecutivo del Estado, y eso preocupa a los ciudadanos”.
Arremete contra el árbitro de la contienda al lamentar que ni en 2007 ni en 2010 haya emitido un solo comentario ante el uso de recursos públicos desmedidos en las campañas priistas.
Por eso con su discurso Yunes Linares anticipa que conducirá a los tribunales electorales el resultado del cuatro de julio si no le favorece.
Y para ello prepara un escenario de ilegitimidad para el órgano estatal electoral, en el que sea visto por la ciudadanía como un ente sobajado por el Poder Ejecutivo del Estado y reducido en los principios de “imparcialidad, profesionalismo, equidad, apego a derecho y real vocación democrática”, a los que hacía referencia el candidato del PRI.
Adula desde ahora que judicializará cualquier acto que él mismo infiera como ilegal.
Ofrece indulgencia del panismo nacional y de la Presidencia de la República a los consejeros del IEV al asegurar que “tendrán el apoyo para recuperar la vida democrática de Veracruz”.
Cómo no entenderse así la carga coercitiva de su discurso si el propio Espino Barrientos criticó el ‘espaldarazo’ de Felipe Calderón a Yunes Linares en una carta publicada en medios nacionales el 25 de febrero (http://tl.gd/19lrdm), en la que relata el cambio de actitud del presidente hacia Yunes Linares:
“Siendo yo presidente nacional del PAN, Felipe Calderón me advirtió que si Miguel Ángel llegaba a ser candidato lo rechazaría públicamente y no aceptaría su compañía en actos de campaña en Veracruz. Me exigió evitar que el expriista fuera candidato por Acción Nacional (...)”.
Cuando las campañas electorales para candidatos a gobernador en esa entidad están por empezar, el escenario parece dilatado para el panismo veracruzano, para el matrimonio Calderón Zavala que se la jugó con el alfíl de la maestra Elba Esther y para el propio Yunes Linares que sabe se le escapa “el más alto sueño” de su vida.
Israel Roldán es periodista
Israel Roldán es periodista
(Este texto se publicó originalmente en el portal de noticias www.ejecentral.com.mx el sábado 15 de mayo de 2010)
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