En cada acto oficial el Ejecutivo estatal reclama la atención de los integrantes de su gabinete, a los que tiene que reprender para activarlos.
La crónica constante: veracruzanos que le requieren apoyos -en materia de salud y asistencial, particularmente- lo abordan en sus actividades públicas.
El mandatario recoge las solicitudes, centenares -a veces- de folders amarillos y rojos que le arrebata personal de ayudantía. Ausentes los titulares de las dependencias a las que se enfilan las peticiones.
Apenas el viernes Fidel Herrera pedía a sus colaboradores atender las solicitudes ciudadanas que le requerían durante el acto de entrega de refrigeradores para los centros de salud celebrado en el DIF estatal.
- A ver, ¡ayúdenme! Mire señora, hay varios –interrumpe a la mujer–; con gusto la atendemos.
- Enlace del DIF, ¿esto es de Salud o del DIF? –preguntó el gobernador–. A ver, DIF por favor.
- ¿En dónde trabaja? -cuestionó el Ejecutivo a quien le solicitó apoyo.
- Pero tú eres de Acajete y me persigues por todos lados –prosiguió–. Hay que ayudarla ¿ok?, con permiso, hasta luego.
Hasta agosto de 2008 el gobernador Fidel Herrera Beltrán habría recibido alrededor de 552 mil 904 peticiones ciudadanas en propia mano durante sus giras y actividades diarias, cada una canalizada a las distintas dependencias de la administración estatal.
Entre las peticiones más recurrentes figuran becas, audiencias, asesorías jurídicas, concesiones de transporte público, empleo, apoyos de crédito para negocio, apoyos para adultos mayores, para medicamentos, traslado de pacientes, material para rehabilitación de viviendas y procuración de justicia.
