La designación de Miguel Ángel Yunes como candidato del PAN a la gubernatura alborotó el avispero político-electoral no sólo de ese partido sino de las coaliciones. El perredismo ahora se disputa la candidatura del DIA con Gerardo Buganza-desairado por el PAN- y el líder moral de Convergencia, Dante Delgado. En tanto, el priismo perfila a Javier Duarte.
Por Israel Roldán
Desde la noche del pasado jueves el CEN panista anunció (al término de la sesión plenaria del Consejo Político Nacional celebrada en la sede de ese partido) la candidatura del aún director general del ISSSTE al Gobierno de Veracruz.
El oriundo de Soledad de Doblado (un municipio enclavado en la región del Sotavento) habría sido ‘ungido’ por 25 de los consejeros nacionales que asistieron a ese acto.
El presidente del partido, César Nava Martínez, aseguraba que previo acuerdo de los tres aspirantes (Gerardo Buganza Salmerón, Juan Bueno Torio y el propio funcionario federal) el CEN del PAN eligió por mayoría a quien habrá de registrarse como precandidato a gobernador de esa entidad.
Y luego fustigó las aspiraciones de los dos cordobeses: “El Comité Nacional ha recibido también la presencia y la comparecencia de nuestros compañeros Juan Bueno y Gerardo Buganza, quienes se han sumado, también, de esa manera, y han contribuido en forma sustantiva a este ejercicio que preservará la unidad y estoy seguro nos permitirá elegir en nuestro proceso interno a quien habrá de representarnos en la próxima elección y a quien habrá de llevarnos a las puertas del Palacio de Gobierno en Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares”.
La primera intervención de Yunes Linares después de su designación no fue la más afortunada cuando en la conferencia de prensa de esa noche, efectuada en la sala “Carlos Septién García” del CEN del PAN, César Nava le arrebató la palabra para aclarar que el proceso interno de Veracruz no estaba cancelado y reconoció que el Comité Ejecutivo Nacional “determinó quién de ellos se registrara como precandidato”.
Entonces vino el malestar de Gerardo Buganza Salmerón. Apenas un día antes había sido considerado el favorito en las encuestas (según estudio de Consulta Mitofsky en la que el 46.4 por ciento del panismo veracruzano lo prefería como el candidato).
Miguel Ángel Yunes Linares militó en el PRI hasta el 2004, partido que dirigió en Veracruz durante dos periodos; se desempeñó en el servicio público y la política en los tres niveles, también como diputado local y federal, además de secretario de Gobierno durante el sexenio del ex gobernador Patricio Chirinos Calero (1992-1998).
En ese entonces intentó ser candidato del Revolucionario Institucional a la gubernatura de ese estado pero se le cruzó en su aspiración Miguel Alemán Velazco, con el que además ‘tronó’ seis años después, al final de su mandato (1998-2004). Para el relevo gubernamental el abanderado del tricolor fue Fidel Herrera Beltrán; entonces Yunes Linares renunció a su militancia y hasta el 2006 se afilió a Acción Nacional.
Con apenas cuatro años en Acción Nacional, la designación del “neopanista” -como le llama peyorativamente un sector del PAN estatal- provocó encono en la entidad hacia dentro y fuera de ese instituto político.
Al interior, con el “Grupo Boca” que impulsa la candidatura de Gerardo Buganza. Aun con el anuncio de su dirigencia nacional mantienen al cordobés como el favorito del panismo para competir en la jornada electoral del próximo cuatro de julio. Por eso alimentan el discurso coercitivo sobre una posible impugnación a la postulación de Miguel Ángel Yunes.
Esos amagues condujeron al gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Ramírez, a viajar el fin de semana a Córdoba (centro del estado de Veracruz) para sostener una reunión privada con Buganza.
“Es un encuentro de amigos (…) Es en un ámbito de asuntos personales”, coincidieron al responder a reporteros… pero lo cierto es que con la charla iniciaron la “Operación Cicatriz” en el PAN. Ese primer intento fracasó.
Desde la noche del jueves el Comité Directivo Estatal del partido apareció en tres ocasiones en la escena mediática sin la presencia de simpatizantes del “Grupo Boca”.
Hacia el exterior del blanquiazul la tensión política es todavía más áspera por las advertencias de Miguel Ángel Yunes Linares hacia el gobierno estatal.
Apenas el sábado aseguraba que “el gobernador del estado (Fidel Herrera Beltrán) no tiene nada que hacer en el proceso electoral, este es un asunto de partidos, candidatos y ciudadanos. Lo vuelvo a repetir, lo he dicho una y mil veces: si el gobernador mete la mano se le va a quemar la mano, porque no podemos permitir que la historia de 2009 y la historia de vergüenza de 2007 vuelva a presentarse en el 2010”.
Y remató: “Estamos en pleno siglo XXI y todo mundo ha evolucionado hacia la democracia menos Veracruz”.
Las amonestaciones del neopanista alcanzaron a las instituciones del estado. A los integrantes del Consejo General del Instituto Electoral Veracruzano les advirtió que una comisión de vigilancia panista les perseguirá por las vías jurídicas si cometen irregularidades durante el proceso.
Más allá del PAN y gobierno estatal (con Fidel Herrera y el priismo detrás), la turbulencia política en Veracruz sacude también a la alianza DIA (Diálogo por la Reconstrucción de México) conformada por PRD-PT-Convergencia.
La pública invitación de algunos sectores del Partido de la Revolución Democrática a Buganza Salmerón para integrar un frente opositor con estos partidos provocó el malestar del senador con licencia Dante Alfonso Delgado Rannauro, virtual candidato a la gubernatura de esa coalición.
El secretario de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos del CEN perredista, Enrique Romero Aquino, se entrometió en el proceso interno de Acción Nacional.
“No haciendo caso a los resultados de las encuestas designaron a Miguel Ángel Yunes precandidato único a la gubernatura, motivo que lleva al PRD nacional a través de un servidor y su presidente Jesús Ortega Martínez a invitar formalmente a Gerardo Buganza Salmerón a que participe en la convocatoria que ya es pública del PRD”.
Las reacciones de las distintas fuerzas políticas son intencionales. Esta será una semana definitoria para el rumbo de los partidos, sus abanderados y para la elección de Veracruz. Ninguno de los mensajes está aislado, aunque pareciera.
Miguel Ángel Yunes Linares no ve como su frente opositor a quien será el candidato del PRI a la gubernatura de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa (quien ya tiene el respaldo de ocho de las 11 organizaciones del tricolor para su postulación). El ‘ungido’ panista ve a Fidel Herrera Beltrán y al aparato gubernamental como al que se debe vencer en las urnas.
El panista sabe de la estructura político-electoral construida durante el sexenio fidelista para la causa tricolor y busca debilitarla con su línea discursiva.
Teme la repetición de los resultados de las elecciones locales de 2007 en las que el Revolucionario Institucional, por el “efecto Fidel”, se afianzó la mayoría en el Congreso local y de presidencias municipales; y las federales de 2009, en las que logró 17 de las 21 disputadas.
Intenta con sus resonantes declaraciones frenar los embates oficialistas que en su contra se motivan por varios frentes que quedaron abiertos durante su paso por la administración pública estatal, como el de las marchas de los integrantes de los 400 Pueblos desnudos en Xalapa -sede de los poderes del estado-, encabezados por su líder nacional, César del Ángel Fuentes, encarcelado por el gobierno de Patricio Chirinos Calero, cuando Yunes Linares era secretario de Gobierno, a quien acusan de “represor” de campesinos.
Con frases como “(…) yo tengo el mayor de los respetos por los niños (…)” prevé el ‘fuego’ político que vendrá por las denuncias públicas en el libro “Los Demonios del Edén”, de Lydia Cacho, por su presunta participación en una red de pederastia internacional y su relación con el empresario libanés Kamel Nacif.
Y porque esta semana será mejor hacer ruido hacia fuera que mantener la idea de que el “Grupo Boca” puede conducir a Gerardo Buganza a impugnar su designación, quizá habrá más guerra sucia al exterior del partido.
Ese mismo escenario figura en el PRD y Convergencia, donde la disputa por la candidatura se podría complicar por las abiertas invitaciones de los sectores del Sol Azteca que olvidan que en 2004 Dante Delgado Rannauro y Buganza Salmerón se restaron votos en la competencia electoral contra el ahora gobernador Fidel Herrera Beltrán.
Hoy el más librado ante el ataque mediático es el Partido Revolucionario Institucional, pues parece librar la línea de golpeo partidista, aunque llegado el momento su subirá al nivel de las descalificaciones porque de los ataques electorales “viene lo mejor”.