La violencia en ciudades fronterizas condujo al gobierno estatal a instrumentar el Programa Emergente de Traslado de Veracruzanos. Criticado por muchos, aplaudido por otros, parece una medida electorera.
Por Israel Roldán
El Gobierno de Veracruz instrumentó el Programa Emergente de Traslado de Veracruzanos radicados en Ciudad Juárez, Chihuahua, hacia esa entidad. La primera interpelación del gobernador Fidel Herrera Beltrán para identificarlos fue la de “juarochos”.
En esa ciudad fronteriza la administración del priista ubicó a 2 mil personas (con nombre y domicilio) originarias de distintos municipios de ese estado, de las cuales al menos 500 manifestaron su deseo por volver ante los problemas de inseguridad en la frontera.
Recientemente 138 juarochos arribaron en vuelo charter al Aeropuerto Internacional “Heriberto Jara Corona”. A su llegada, en un hangar de esa terminal aérea escucharon la promesa de incorporarlos a la vida laboral en su tierra natal.
Del mandatario estatal recibieron además el compromiso de transferir sus derechos del Infonavit para dotarlos con vivienda digna.
Esas personas -entre ellas 64 niños- se recetaron algunos ofrecimientos más sobre las “bondades del programa que harán que más veracruzanos se interesen en regresar a su tierra”.
Fidel Herrera insistió en recordarles que “por razones económicas hace años salieron de su tierra natal buscando ingreso y empleo como resultado del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en que las fronteras de México pudieran ofertar los puestos de ocupación que debido a la crisis y a los sectores en Veracruz no se ofrecían”.
Las dádivas para los juarochos persistieron con el ofrecimiento de que a sus hijos se les abrirían espacios en los programas educativos de la entidad para que no pierdan el ciclo escolar; que vendrían también apoyos en materia de salud, empleo y microcréditos.
En ese primer vuelo (del miércoles 24 de marzo) arribaron familias originarias de municipios como Veracruz, Minatitlán, Boca del Río, Cosamaloapan, Carlos A. Carrillo, Xalapa, La Antigua, Tlalixcoyan, Huatusco, Salta Barranca, Tlacojalpan, Chacaltianguis, Ixmatlahuacan y Tres Valles.
El Programa Emergente de Traslado de Veracruzanos podría extenderse a otras ciudades fronterizas como Matamoros, Nuevo Laredo y Reynosa, Tamaulipas; y a Tijuana y Baja California.
Para ese cometido hasta la iniciativa privada se apuntó. La aerolínea Interjet (propiedad de Miguel Alemán Velazco, ex gobernador priista de Veracruz) colaborará para establecer un puente aéreo que facilitará el regreso de esas familias.
Fidel Herrera sabe ganar elecciones. Ha sido cuatro veces diputado federal y senador de la República. Es gobernador desde diciembre de 2004. Apenas en julio pasado la “Fidelidad” (como se le llama al priismo veracruzano por la figura de su gobernador) ganó 17 de 21 diputaciones federales en disputa.
Por eso el traslado de juarochos no es gratuito. El próximo cuatro de julio, al igual que en 14 entidades del país, habrá elecciones en Veracruz para renovar el Poder Ejecutivo, el Congreso del Estado y las 212 presidencias municipales.
Con ese programa se trata de incidir electoralmente en el reconocimiento formulado por esas familias al gobierno estatal, motivado por el apoyo para que abandonen las ciudades fronterizas por los problemas de inseguridad.
Sobre todo cuando las oficinas de prensa del Gobierno de Veracruz reproducen publicaciones internacionales como la del diario El País en su edición del 22 de marzo. Una nota informativa titulada “Nos vamos. Aquí la vida no vale nada”, firmada por el reportero Pablo Ordaz, narra la historia de una familia de veracruzanos radicados en Ciudad Juárez que ha perdido empleo y la esperanza de un mejor futuro por la escalada de violencia en esa zona del país.
Se trata pues, de ampliar la aceptación ciudadana al gobierno de Fidel Herrera que según la última encuesta (“Impulsos Comunicaciones”; diciembre 2009) alcanzó el 92 por ciento en el nivel de aprobación.
También de sumar simpatías ciudadanas que se reflejen en el Padrón Electoral de Veracruz, el tercero más grande en el país (sólo detrás del Distrito Federal y Estado de México), acción pensada en la elección presidencial del 2012.
… Y cómo no entenderse como una medida electorera cuando el Programa Emergente de Traslado se instrumenta en pleno proceso electoral; cuando priistas se disputan empatías con el panismo del presidente Felipe Calderón Hinojosa y su candidato a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares.
Este miércoles llegó el segundo vuelo con 144 juarochos (89 adultos y 55 niños), originarios de 23 municipios. La carga discursiva emocional de bienvenida volvió a ser referencia a las ‘bondades’ del gobierno fidelista.
Para no inferir en que se trata de un programa electoral, por qué no mejor un discurso sobre los 135 migrantes de ese estado que fallecieron en los Estados Unidos o en su intento por cruzar la frontera en 2009 para concientizar a estos veracruzanos que regresan a que no se vuelvan a ir.
O bien un mensaje en el que se destaque que de esos muertos, el 38 por ciento perdió la vida en un accidente automovilístico; el 18% por enfermedad; el 16% por otras causas; el 13% por infarto; el 8% por homicidio; el 2% en accidente laboral e intento de cruce; o el 1% por atropellamiento; que haga referencia a las muertes que lloraron las familias de 72 municipios por el fenómeno de la migración el año pasado.
Trasladar a cada uno de los juarochos le cuesta al Gobierno de Veracruz alrededor de 5 mil pesos, según la Dirección General de Atención a Migrantes. Haber traido de vuelta a los 135 migrantes muertos en 2009 le requirió 1 millón 572 mil 174.45 pesos.
El autor es periodista. israelroldan1@hotmail.com
twitter.com/israel_roldan
(Este texto se publicó originalmente en el portal de noticias www.ejecentral.com.mx el 1 de abril de 2010)
...Y en Veracruz también recibimos a haitianos damnificados
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